} ir arriba

NIÑOS Y ENTRENAMIENTOS (I)


Algunas veces, he echado de menos en actividades normales, como ir de viaje en fin de semana, acudir a celebraciones, excursiones, vacaciones, etc., a amigos y familiares míos. Cuando les he preguntado el motivo de su no asistencia, me han sorprendido cuando me han dicho que tienen que suspender ciertas actividades debido a que sus hijos han de participar en ligas, torneos, competiciones, pruebas y demás confrontaciones físico deportivas, por lo que no pueden distraer el tiempo libre para otros menesteres.

No tengo muy claro esto de que a los niños de tierna infancia se les aparte de sus actividades naturales, como jugar, relacionarse de forma espontánea y natural con sus amigos y conocidos, hablar de lo que quieran, correr, saltar, o gritar, a cambio de una práctica deportiva, sistemática, programada y competitiva.

Leer más
    Jean Jacques Rousseau (1712-1788), en su libro “EMILIO”, libro II, expresa; “Si desea cultivar la inteligencia de su alumno, cultive las fuerzas que deben regirla. Ejercite su cuerpo continuamente, hágalo fuerte y sano, para que pueda hacerle inteligente y razonable; déjele trabajar, déjele hacer, déjele correr, déjele gritar, déjele siempre en movimiento, déjele ser hombre de vigor y pronto se hará de razón”.
    Rousseau tenía más razón que un santo, y ya desde entonces preconizaba con sus ideas como debería ser la formación de los jóvenes, que es ni más ni menos que, dejarles ser ellos mismos.
    Los padres viven con mucho interés las actividades deportivas de sus hijos, e incluso se pasan. Se implican hasta el extremo de coger cabreos con los entrenadores de sus hijos porque no les alinean en las confrontaciones, les dan ideas de cómo actuar con ciertas técnicas y tácticas, y he visto como hasta se han enfrentado violentamente con los árbitros por tomar ciertas decisiones, dando la impresión de que son eruditos en la materia, aunque lo que verdaderamente son, unos “metetes de campeonato”, y nunca mejor empleada la frase. Aspiran a que sus vástagos pasen a la categoría de “canteranos”.
    El valor didáctico de la competición deportiva, para los niños, es muy discutible, sobre todo en ciertos deportes de equipo con contacto físico, como por ejemplo el futbol. A veces da la impresión de que adquieren mejor las marrullerías, las malas artes, y la agresividad, que la nobleza y las buenas lides en el campo deportivo.
    Los padres o tutores, deben plantearse qué es mejor para la formación de sus hijos, si pasear por el campo observando la naturaleza realizando actividades apropiadas para disfrutar de la misma, o jugando al balón. Yo lo tengo claro.
    Los progenitores y los encargados de la formación de los jóvenes, deberían tener en cuenta ciertos matices respecto a la preparación de los futuros deportistas. La mayoría de las especialidades deportivas poseen niveles de edades de entrenamiento, y a veces los entrenadores se olvidan de que no es lo mismo tratar de alcanzar rendimientos con individuos adultos que con jóvenes de temprana edad.
    A ciertas edades, el rendimiento máximo, no es un objetivo a alcanzar a corto plazo, y que quizá, sea más importante una correcta formación multilateral de acuerdo a la edad psico-biológica del joven, la cual sin duda, será base y fundamento de objetivos ulteriores.
    Resulta complejo adaptar trabajos físicos a deportistas de edades diversas y de distintas categorías. EL entrenador debe adoptar decisiones diferentes en cada caso, pero cuando tenemos que trabajar con jóvenes, no nos queda más remedio que tener en cuenta sus características anatómicas, fisiológicas, biológicas y psicológicas, parámetros que deben marcar siempre la pauta a seguir y contemplar ciertas peculiaridades.

    APARATO LOCOMOTOR.
    ESQUELETO.
    En la primera infancia, la estatura aumenta debido al crecimiento de las extremidades inferiores. En la pubertad, se alarga el tronco (GODIN), y el tórax se acerca a la forma definitiva, al realzarse la oblicuidad de las costillas, al mismo tiempo que se hace menor el diámetro antero-posterior.
    El raquis de la mayoría de los jóvenes menores de 16 años es más rectilíneo que en los adultos. Aún no están totalmente formadas las curvaturas dorsal y lumbar.
    MUSCULATURA.
    La musculatura está en estado de desarrollo inicial, con un tonus de sostén casi nulo. El joven presenta un equilibrio muscular inestable, y los extensores están en inferioridad con los flexores.
    FUNCIÓN RESPIRATORIA.
    De 11-15 años, surge el paso de la respiración normal a la torácica. Los pulmones sufren incremento en cuanto a volumen y longitud.
    De 11-14 años, en la pubertad, se alcanza la máxima frecuencia respiratoria, que se establece en 22-24 p.m. (Por minuto), mientras que el adulto alcanza de 12-15 de frecuencia respiratoria p.m. Como dato significativo, a los 14 años por término medio el aire inspirado puede ser del orden de 5000 cm3.
    FUNCIÓN CIRCULATORIA.
    En los jóvenes el músculo cardíaco no sigue un crecimiento paralelo al del cuerpo. En ellos, el corazón hace menor trabajo que en el adulto. Late con más frecuencia, pero su volumen es menor por minuto. En cuanto a la presión arterial, en los jóvenes es menor que en el adulto. La formación definitiva del corazón tiene lugar en la adolescencia.
    Existe una macro inestabilidad vegetativa, la cual es una de las razones de la poca estabilidad de la frecuencia cardiaca.
    CONSIDERACIONES.
    En etapas de desarrollo, el crecimiento fisiológico representa un cambio funcional continuo, por lo que se evidencia un gran desequilibrio e inestabilidad.
    Psicológicamente el joven presenta poca estabilidad y hasta falta de lógica, con constantes variaciones de ánimo.
    En estas etapas hay un gran consumo energético. Cuidaremos sus esfuerzos a niveles maximales ya que el joven precisa su energía para el anabolismo de los tejidos.
    CUANDO DEBE EMPEZAR LA INICIACIÓN DEPORTIVA
    He aquí una pregunta realmente importante y digna de un profundo estudio. Los parámetros anteriores, nos hacen vislumbrar un campo de acción apropiado a ciertas edades, aunque en algunos casos, se nos presentan jóvenes, con unas condiciones físicas que evidencian que estas van por delante de la edad cronológica, y que no es preciso tomar ciertas precauciones. Sin embargo, la mayoría de los jóvenes presentan estas características en idénticas edades, por lo que los indicios deben tenerse en cuenta a la hora de establecer un programa de ejercitación.



















top